La restauración es siempre el objetivo al ministrar a aquellos que están en pecado.
¿Viste el Evangelio en Gálatas 6:1? Piensa en eso: la raza humana fue hallada en la trampa del pecado, y Jesucristo, siendo espiritual (viviendo en el Espíritu), vino y murió en nuestro lugar para restaurarnos al Padre. En la cruz, Jesús fue quebrantado para que tú fueras sanado, aplastado para que tú pudieras ser pleno, y destruido para que fueras restaurado. La cruz es el lugar de salvación y restauración para pecadores.
Gálatas 6:1 nos enseña que Dios usa Su gente que es “espiritual”, “vive en el Espíritu” o “anda en el Espíritu” para restaurar a aquellos que viven en las trampas del pecado.
La restauración es un proceso humillante sin lugar a dudas. Algunas veces, mucha gente ha adquirido grandes cosas en esta vida, se han convertido en referentes para otros (como el Rey David), pero aun así tienen pecados que avergüenzan el nombre de Jesús, hieren a otros y se hieren a sí mismos. Es humillante para ellos ir a donde sus pastores u otros hermanos y pedir ayuda. Pero esta humillación es exactamente lo que necesitan para ser libres.
Un buen ejemplo de esto es Naamán. Él fue una persona importante, comandante de los ejércitos de Ben-Hadad, pero con un problema: lepra. Él se humilló a sí mismo y fue al hombre de Dios, Eliseo, y se humilló aún más para obedecer al hombre de Dios y zambullirse en el río Jordán siete veces para poder ser curado de su enfermedad (2 Reyes 5:1-19).
Los métodos de sanación y liberación que Dios usa siempre incluyen la humillación del leproso (ya sea lepra física o espiritual). Es imperativo que cuando vayamos a aquel (o aquella) que está andando en el Espíritu y pidamos ayuda, vayamos deseosos de escuchar el consejo bíblico y con la voluntad de hacer lo que ellos nos piden que hagamos sin discutir.
Proverbios 15:32 (NVI) El que rechaza la corrección se desprecia a sí mismo; el que la atiende gana entendimiento.
Pregunta 3. Por favor escribe Proverbios 15:32. Mientras escribes, tómate un tiempo para pensar acerca de ese verso.
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Humillarnos a nosotros mismos y pedir ayuda puede ser hecho de muchas maneras. Puedes pedir ayuda individual, o con tu esposa o esposo, grupal, etc. No existe solamente una forma de hacerlo. El Campo de Entrenamiento en Pureza está disponible como grupo de estudio para hacerlo más fácil a aquellos que están buscando ayuda.
Pero también es importante no solo rodearnos con personas que han pasado por el mismo problema. No debemos asociarnos únicamente con grupos privados para la pureza, control del peso, divorcio, alcohol o drogas. El cuerpo de Cristo funciona mejor cuando interactuamos a menudo con personas que tienen diferentes fortalezas y debilidades, teniendo “multitud de consejeros” (Proverbios 15:22) ayuda a que nuestros planes tengan éxito. Los grupos enfocados en problemas individuales pueden ser útiles por algún tiempo, pero deben ser temporales y como transición hacia la iglesia.
En lo que queda de nuestro tiempo el día de hoy, vamos a estudiar Eclesiastés 4:9-12, ya que ofrece verdades acerca del valor de pedir ayuda:
Eclesiastés 4:9-12 (JBS) Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. (10) Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; mas ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. (11) También si dos durmieren juntos, se calentarán; mas ¿cómo se calentará uno solo? (12) Y si alguno prevaleciere contra uno, dos estarán contra él; y cordón de tres dobleces no presto se rompe.
Pregunta 4. De acuerdo a Eclesiastés 4:9 JBS, ¿por qué dos son mejores que uno?