Lección 23 - Batallando Contra la Carne - Permaneciendo en Cristo

Preguntas 3 y 4

Si alguna vez hubo un “secreto” en andar en el Espíritu y por ende no gratificar las lujurias de nuestra carne, es lo que estamos estudiando hoy. Es aprendiendo a permanecer en Cristo. Digo “secreto” por este verso traducido de la versión King James: “El que habita en el lugar secreto del Altísimo permanecerá bajo la sombra del Todopoderoso” (Salmos 91:1 KJV).
Habitar en Cristo es un “lugar secreto”, un lugar de refugio y resguardo, un lugar donde somos “librados de la trampa del cazador” (Salmos 91:3), un ¡lugar de libertad! Es donde somos “cubiertos” por Dios (Salmos 91:4), y de esa manera, no tenemos temor de nada (Salmos 91:5-7). Es donde encontramos refugio y resguardo en Dios (Salmos 91:9), donde somos levantados sobrenaturalmente por encima del peligro (Salmos 91:9-12), se nos es dada autoridad espiritual sobre los poderes del maligno (Salmos 91:13) y donde Dios escucha y responde nuestras oraciones (Salmos 91:15) y nos salva eternamente (Salmos 91:16).
Quiero que estas cosas sean verdad en mi vida y en la tuya también. La manera como las experimentamos es permaneciendo en Cristo.
El mundo quiere sacarnos de Cristo y tratarnos separados de Él, y por eso es que quiere que encontremos nuestra identidad en nuestro pecado y no en nuestro Salvador. El mundo quiere que adoptemos etiquetas basadas en nuestra tentación y en palabras basadas en una vida lejos de Cristo. ¡No nos podemos conformar con esto!
Si somos creyentes, estamos en Cristo, no en rehabilitación o recuperación. Si somos creyentes estamos en el lugar secreto del Dios Altísimo, ¡y allí es donde debemos vivir! Rechaza todos los llamados del mundo que te pide que te conformes a sus estándares y que encuentres tu identidad en sus palabras y etiquetas.
En esta lección, estamos estudiando la necesidad de permanecer en Cristo, porque cuando lo hacemos, estamos andando en el Espíritu, estamos reemplazando mentiras con la verdad, estamos viviendo por encima de los estándares del mundo, somos liberados, y guardados a salvo. Así de importante es esta lección de hoy.
Entonces, quiero estudiar esta verdad contigo y luego compartirte algo que me pasó esta mañana cuando estaba estudiando, y así ilustrar esta verdad de permanecer en Cristo. Vamos a ver Juan 15 y a examinar cómo aplica a nuestra libertad de la impureza.
Juan 15:1-2 (RVA) “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. (2) Todo pámpano que en mí no lleva fruto, le quitará: y todo aquel que lleva fruto, le limpiará, para que lleve más fruto”.

Pregunta 3. ¿Cómo se nos llama en Juan 15:1-2 RVA?

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Pregunta 4. ¿Qué hace el Padre por ti si empiezas a dar fruto? Completa los espacios en blanco: y todo aquel que lleva fruto, le , para que lleve más fruto”.

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