Lección 8 - Oyendo el Mensaje de la Cruz

Preguntas 1 y 2

¡Saludos y bienvenido(a)! Es un placer que juntos estemos estudiando, orando y pidiéndole al Señor libertad.

Pregunta 1. Recordamos que el primer principio fundamental de libertad es Lavarnos en la cruz. ¿Cuál es el segundo principio?

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Como cristianos vivimos, ya sea en la carne o Andando en el Espíritu. Eso debería ser más que obvio, pero no lo fue para mí durante todos mis años de estar entrampado en la impureza.
Por ejemplo, cuando estaba hacienda escalas en hoteles y no podía esperar a llegar a mi cuarto para atragantarme con pornografía, estaba simplemente actuando en mi carne. Cuando me volvía a mujeres diferentes a mi esposa y tenía sexo con ellas, era porque estaba siendo empoderado por mi carne. Cuando gratificaba mi carne en privado mientras veía pornografía, era la misma carne guiándome hacia la autogratificación.
Cualquiera que esté participando en cualquier forma de actividades ilícitas y lujuriosas, o sexo prohibido por Dios, aunque muchas veces aprobado y hasta aplaudido por nuestra cultura, está simplemente siguiendo los dictámenes de su carne.
De hecho, el diablo instiga estos deseos dentro de nosotros con sus dardos de fuego de tentación. Él es muy astuto y engañador, al igual que conoce muy bien las grietas de nuestra armadura para saber cómo y cuándo atacarnos.
Pero finalmente, es simplemente una vida energizada y activada por nuestra carne, (en cooperación con el diablo), lo que nos lleva a la impureza de cualquier tipo.
Ahora piensa en esto:
• Podemos establecer reglas y leyes relacionadas con nuestro comportamiento y obligarnos a cumplirlas, pero descubriremos que nuestra carne es débil e incapaz de obedecer las leyes (Romanos 8:3).
• Podemos hacer votos, promesas de intentarlo con mayor ahínco, de hacerlo mejor, para finalmente darnos cuenta de que nuestra carne está aún pidiéndonos y empoderándonos hacia la autogratificación -tan agresivamente- que cuando somos tentados olvidamos todas nuestras promesas (Mateo 26:41).
• Podemos seguir la ruta del mundo y aprender todo acerca de “adicciones” y “disparadores”, o aprender “herramientas para evitar”, y trucos prácticos para dejar de “caer”. Pero al hacer esto, demostramos que no hemos entendido, ni el poder de nuestro enemigo, ni la debilidad de nuestra carne, porque no hay sabiduría mundana que pueda impartir el poder espiritual para cambiar nuestros corazones (Colosenses 2:21-23).
Entonces, si leyes, votos, promesas y sabiduría mundana no son suficientes para liberarnos, ¿cómo realmente encontramos libertad de nuestra carne?
Gálatas 5:16 (LBLA) Digo, pues: Andad por el Espíritu, y no cumpliréis el deseo de la carne.
Aquí está la clave para dejar de vivir por el poder de nuestra carne: es Andar en el Espíritu. Para resistir la carne, de hecho, tenemos que estar actuando por el Espíritu, energizados o empoderados por Él, capacitados y guiados por el Espíritu de Dios.

Pregunta 2. ¿Cómo crees que sería tu vida, si vivieras empoderado por el Espíritu Santo en vez de la carne? Por favor sé muy específico:

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