Como creyentes, tenemos la opción de dejar que la paz de Cristo gobierne en nuestros corazones o ser dominados por el miedo y la preocupación. El miedo y la ansiedad traen noches de insomnio, mala salud y emociones inestables, pero la paz de Cristo fomenta una mente sana y un espíritu agradecido y en reposo a pesar de la tormenta que se desata (2 Timoteo 1:7).
Cuando las dudas y los miedos salen a la superficie o la calamidad golpea, y nuestros corazones están en crisis, sólo tenemos que mirar a Jesús por su paz. Cuando miramos a la cruz de Cristo y recordamos que Jesús ha hecho la paz con Dios por nosotros, podemos confiar en que Él traerá la paz a las diversas situaciones de nuestras vidas.
¿Estás sufriendo a causa de relaciones rotas? Mira a Jesús y ve que Él es el gran Reconciliador. Él te ha reconciliado con el Dios eterno a través de Su muerte y resurrección. Él puede sanar tus relaciones temporales si es Su voluntad o darte paz y aceptación si no lo es (Mateo 12:50, 1 Pedro 3:8, Colosenses 3:13).
¿Estás asustado o ansioso por las circunstancias inciertas de tu mundo? Mira a Jesús y cree en Aquel que, como Dios y hombre, peleó tu lucha y la ganó, aceptó tu deuda de pecado y la pagó, tomó tus pecados y murió bajo ellos, y resucitó para liberarte a una nueva vida de paz y poder en Él. ¡Él nunca te dejará o te abandonará (Hebreos 13:5)! Él ha asegurado tu vida hoy y para siempre (Juan 3:16). Al poner tu mente en las cosas de arriba, estos problemas temporales dejarán de atormentar tu mente, tendrás paz, y estarás listo para hablar de la esperanza que está dentro de ti (Colosenses 3:2, 1 Pedro 1:13-16).
"Tú guardas en perfecta paz a aquel cuya mente en ti confía." Isaías 26:3
Gary escribe, "¡Mirar a Jesús reemplaza mi miedo, preocupación y ansiedad con su perfecta paz que sobrepasa todo entendimiento!"
Cheryle escribe, "¡Oh Dios, es tanto! Mirar a Jesús y sólo estar saturado en su poderosa sangre hace que todo el dolor de este mundo se derrita. El dolor terrenal es tan mínimo comparado con lo que Él hizo por mí."
Jeromy escribe, "Sí, mirar a Jesús, pasar tiempo al pie de la cruz y ser lavado me libera de los problemas de este mundo. Es allí donde adquiero perspectiva, no de mis emociones y pensamientos sobre el día, sino sobre su bondad y que puedo confiar en Él en todas las cosas."
Joe escribe, "Para mí, es más bien una elección momento a momento de en qué me voy a centrar. Si no tuviera a Jesús, el evangelio y la cruz, no tendría nada pacífico en qué centrarme. Estaría atascado con el miedo y la ansiedad y podrían llevarme a donde quisieran en mis emociones, en mi mente, etc. Ser capaz de mirar a Jesús me da seguridad, esperanza, paz, libertad del miedo, una mente sana (autocontrol). Lo mejor de todo es que hay libertad de la culpa, la vergüenza y la dominación del pecado. Eso en sí mismo da paz y alegría".