Día 22: Atemorizado

Introducción

"No temas, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré, sí, te sostendré con la diestra de mi justicia." Isaías 41:10
¿Estás plagado de miedo al dolor, a la enfermedad o a la muerte? ¿Te has encerrado bajo el peso del miedo al fracaso, a ser incomprendido o rechazado? ¿El miedo al castigo, al juicio o a la condena te hace correr para protegerte? ¿O estás siempre en guardia y listo para arremeter contra cualquiera que te parezca amenazador?
El miedo puede ser una herramienta destructiva del enemigo. Podemos saber que Satanás usa el miedo para dañarnos cuando nuestro miedo fomenta las obras de la carne en nuestras vidas. Las obras de la carne son evidentes, las cuales son: inmoralidad, impureza, sensualidad, idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, enojos, rivalidades, disensiones, sectarismos, envidias, borracheras, orgías y cosas semejantes. Gálatas 5:19-21
Los científicos han etiquetado la respuesta humana al miedo como "lucha o huida". El miedo es visceral, instintivo, siempre desconcertante, pero a veces injustificado. ¿Deseas liberarte del control que el miedo tiene sobre tus pensamientos y acciones? ¡Mira a Jesús!
La instrucción de "no temer" es un llamado frecuentemente repetido a lo largo de las Escrituras, que se encuentra en casi todos los libros de la Biblia, primero en Génesis 15:1 y último en Apocalipsis 1:17. Así que podemos inferir que Dios no sólo se anticipó al temor de su pueblo, sino que también hizo un plan para aliviar nuestros temores. El antídoto para nuestros miedos es mirar a Jesús.
Alternativamente, el miedo puede ser redimido y usado como un vehículo que nos lleve a Jesús, nuestro refugio. El libro de los Salmos está repleto de expresiones de miedo aliviadas al mirar y refugiarse en el Señor, tales como “Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos aunque la tierra sufra cambios, y aunque los montes se deslicen al fondo de los mares; aunque bramen y se agiten sus aguas, aunque tiemblen los montes con creciente enojo.” Salmos 46:1-3
¡Lo que sea que te incite al miedo topa hoy con Jesús con fuerza y victoria! Mira a Jesús para tener alivio y escúchale decir, No temas, cree solamente.” (Marcos 5:36). Cree que Jesús murió en la cruz por ti y ha resucitado victorioso por ti. Cree que estabas en Cristo cuando murió y que en Él resucitaste a una nueva vida de justicia que trae audacia (Proverbios 28:1). Ve el perfecto amor de Cristo desplegado en el Calvario y deja que este sitio eche fuera tus temores (1 Juan 4:18). Recuerda que no hay castigo para ti; la muerte está vencida (Hebreos 2:14-15). ¡Estás a salvo al amparo de la cruz (Salmo 91:1-2)!
Mirando a Jesús