Día 2: Transformación

Ilustración

Considera la propia transformación de Jesús. Vivía en una gloria radiante con el Padre, en una completa perfección sin pecado y una perfecta justicia. Míralo descender del cielo a la tierra donde tomó un cuerpo humano, y luego tomó los pecados y enfermedades del mundo. Pasó de la gloria deslumbrante y la justicia inmaculada a la vergüenza humillante y la miseria pecaminosa.
El pecado nos hace irreconocibles del diseño original de Dios para nuestras vidas, el de ser portadores de la imagen de Dios; y así Jesús, cubierto de nuestro pecado, tampoco era reconocible:
Isaias 52:14 (NVI) Muchos se asombraron de él, pues tenía desfigurado el semblante; ¡nada de humano tenía su aspecto!
Mira esta impactante transformación que sufrió Jesús. Él, que era la imagen misma de Dios, justo y santo, se transformó en tu imagen en tu pecado. ¿Por qué? Para que tú, como creyente en Él, pudieras ser transformado a su imagen, en su justicia.
Tu transformación ocurre cuando escuchas y crees en el mensaje de transformación - la muerte de Jesús por tus pecados y la resurrección de Jesús de entre los muertos - diariamente. Este mensaje de transformación tiene el poder de afectar profundamente nuestros corazones, que es donde todo cambio real y duradero comienza.
Mirando a Jesús