¿Quieres experimentar una renovación significativa en tu mente, vida o comportamiento?
Hebreos 3 te dice como recibir la ayuda que necesitas: "Por lo tanto, hermanos, ustedes que han sido santificados y que tienen parte en el mismo llamamiento celestial, consideren a Jesús, apóstol y sumo sacerdote de la fe que profesamos." (Hebreos 3:1 NVI)
La manera de ganar la batalla contra tu carne y experimentar la renovación que quieres es fijar tus pensamientos en Jesús.
Recuerda las agonías de la cruz que Jesús soportó para limpiarte y sanarte. Recuerda su cabeza, manos, costado y pies traspasados, los cuales Jesús muestra mientras intercede por ti en el Cielo. Llena tu mente con la verdad que estás en Jesús que ha resucitado victorioso de la muerte, el mundo, el diablo y la carne.
Como dice la canción, " ¿Quieres ser libre de orgullo y pasión? Tan solo hay poder en mi Jesús ¿Quieres vencer toda cruel tentación?
Tan solo hay poder en Jesús. Hay poder, hay poder, sin igual poder en Jesús que murió. Hay poder, hay poder, sin igual poder en la sangre que él vertió. " Al lavarte en la "marea limpiadora" de la cruz y renovar tu mente de esta manera, experimentarás que el Espíritu Santo te guía lejos de los pensamientos y comportamientos impíos y hacia pensamientos y acciones que son puros, encantadores y de buen nombre. No vas a estar intentando ser mejor, sino que caminarás por el Espíritu y llevarás Su fruto. La transformación no viene al intentar sino al morir.
Al fijar tus pensamientos en Jesús, comenzarás a vivir como la nueva creación que Él te ha hecho (2 Corintios 5:17). Ya no eres un esclavo del pecado, en esclavitud al mundo y sus ideologías; ahora eres una nueva creación en Cristo Jesús con una mente que se renueva al recordar la muerte y resurrección de Cristo y controlada por el amor de Jesús que murió para salvarte y santificarte (2 Corintios 5:14).
Pregunta: ¿Cómo fijarás tus pensamientos en Jesús para la renovación de tu corazón y tu mente?
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Mark escribe, "Orando y pidiendo al Señor que me lleve a la cruz para estar con Jesús y su sangre sanadora. Luego, viendo su sufrimiento por mí en la cruz y reclamando los dones del Espíritu de él para luchar contra la carne...."
Cheryle escribe, "Mirando a la cruz y viendo que Jesús fue voluntariamente sobre ella para salvarme del pecado y la muerte. Puedo vivir una vida santa y victoriosa A TRAVÉS de la sangre que derramó por mí. El mundo no tiene ni la respuesta ni el poder. Jesús sí los tiene. AMÉN"
Joe escribe, "Si intento simplemente NO pensar en algo, me doy cuenta de que me concentro más en ello. Así que intentar superar los pensamientos pecaminosos no pensando en ellos es imposible. La belleza del Evangelio es que no es otro truco para jugar un juego mental y tratar de NO pensar en algo. Puedo fijar mis pensamientos en Jesús y tener mi mente renovada una vez que mi corazón ha sido cambiado por su gracia a través del Evangelio.
Gastaré mi energía mental pensando en lo que Jesús hizo por mí.
Él me limpió (1 Pedro 1:18-19).
Me redimió de la maldición de la ley (Gálatas 3:13).
Me hizo nuevo (2 Cor. 5:1).
Y la lista podría continuar. Gracias, Jesús".
Kim escribe, " Para fijar mis pensamientos en Jesús, debo saber lo que la Palabra dice sobre Jesús y lo que ha hecho. Para mí, eso comienza con el tiempo en Su palabra cada mañana, la oración y escuchar enseñanzas de sana doctrina a lo largo del día y considerando lo que he leído y oído para ver lo que dice sobre Dios y lo que dice sobre mí. Y tener un corazón agradecido por todo lo que el Señor ha hecho y puesto a mi disposición. El bello evangelio me ha liberado para centrarme en Jesús y ya no en mí misma. El ejercicio diario es RECORDAR esto y REGOCIJARSE en ello".
Mike L. escribe, "Meditaré en la cruz donde el Rey del Universo me eligió sobre sí mismo. Veré su rostro cubierto de sangre, miraré sus ojos y veré el amor que me tiene y le oiré decir "Mike, hice esto por ti porque te amo". En serio, ¿quién es como Jesús? Que aunque yo era su enemigo, Él dio la vida por mí, no merezco nada más que la condenación eterna, en cambio estoy recibiendo la vida eterna donde el pecado deja de existir. Jesús me ha dado paz y honestamente espero la muerte ya que nunca más tendré que lidiar con el pecado y estaré en su presencia. Que siempre tome tiempo cada día para fijar mi corazón en la cruz y llegar a ser más y más como Jesús atrayendo a las personas al amor de nuestro Salvador. Señor Jesús gracias por amarme y elegirme sobre ti mismo, gracias por borrar mi deuda de pecado. Señor, las palabras no pueden decir suficiente, que mi vida sea digna del amor que me diste y te costó tanto, bendito sea tu hermoso nombre!"