Día 7: No Amado
Introducción
“…Sin embargo, por el amor que el Señor tu Dios siente por ti ... cambió la maldición en bendición." Deuteronomio 23:5
Sentirse no querido o no deseado es una lucha común en nuestro mundo. Las crecientes tasas de suicidio, divorcio y abuso de sustancias lo demuestran. Y aunque muchos factores pueden fomentar la creencia de que no somos amados, veremos que el origen primario de esta mentira es nuestro propio corazón.
A un mundo que se alejó de Dios para buscar el amor en todos los lugares equivocados, Dios vino en un cuerpo humano. Vino porque amaba tanto al mundo (Juan 3:16). Vino a demostrar su amor a través de un sacrificio.
En la persona de Jesucristo, Dios te amó y se entregó a sí mismo por ti (Gálatas 2:20). Este sacrificio fue tan audaz y tan poderoso que a través de él Dios salvó al mundo, y al mismo tiempo, a través de ese mismo sacrificio, Dios amó nuestros corazones y nos enseñó cómo vivir. “En esto conocemos lo que es el amor: en que Jesucristo entregó su vida por nosotros. Así también nosotros debemos entregar la vida por nuestros hermanos.” (1 Juan 3:16).
La gente ha anhelado amor y aceptación desde el principio de los tiempos. Pero esto no es sólo debido a una mala crianza, abuso o abandono de nuestro pasado; es principalmente debido a los corazones dañados por el pecado, que sólo pueden ser sanados por nuestro Salvador.