Lección 18 - Lavándonos en la Cruz/Viendo a Jesús

Pregunta 4

En esta lección, quiero que nos fijemos en dos cosas al mirar a la cruz, y que veamos como ellas tienen el poder para liberarnos. Cuando miramos a la cruz podemos ver que:
  • La ira de Dios ha sido consumada.
El pecado es totalmente opuesto al carácter santo de Dios y donde Él encuentra pecado, ¡Su ira, furia, y hostilidad santa se levantan! Todos fuimos nacidos con esta condición de nacer bajo la ira de Dios, lo que es igual que “objeto de la ira” o “hijos de la ira” (Efesios 2:3). Entonces nuestro pecado multiplicó la ira de Dios, para que Dios, en sentido figurado, ¡apuntara todas sus flechas de ira directamente hacia nosotros y disparara!
Pero Jesús fue a la cruz, y de esta forma, Él se interpuso para cubrirnos de todas las flechas de la ira de Dios. Mira a la cruz ahora mismo, y mientras que miras a Jesús colgado allí esto es lo que vas a ver:
Lamentaciones 3:10-13 (NVI) Me vigila como oso agazapado; me acecha como león. (11) Me aparta del camino para despedazarme; ¡me deja del todo desvalido! (12) Con el arco tenso, me ha hecho blanco de sus flechas. (13) Me ha partido el corazón con las flechas de su aljaba.
Jesús mismo dijo que Él estaba bebiendo la copa que Dios le daría (Mateo 20:22), refiriéndonos de vuelta a la “copa de la ira de Dios” descrita en Jeremías 25:15.
¿Y qué significa esto para ti? Significa que Jesús ha absorbido todas las flechas de la ira de Dios, ¡y que ya no hay ninguna para ti! Significa que Jesús bebió cada última gota de la copa de la ira de Dios, ¡y que no queda ni una gota para ti! ¡Significa que Jesús te rescató de la ira de Dios! “Ellos mismos hablan de lo bien que ustedes nos recibieron, y cómo se apartaron de los ídolos y se volvieron al Dios vivo y verdadero, para servirlo (10) y esperar de los cielos a Jesús, Su Hijo, a quien Dios resucitó de los muertos, y que es quien nos libra de la ira venidera” (1 Tesalonicenses 1:9-10).
Hay una ilustración muy interesante de esto en el Antiguo Testamento. Un hombre llamado Amán hizo un plan para Matar a todos los judíos incluyendo la esposa del rey Asuero, Ester. El rey estaba tan furioso que colgó a Amán en la horca. Y Amán fue levantado en esa estaca para que todos lo vieran, la Biblia dice: “Y así Amán fue colgado en la horca que había mandado preparar para Mardoqueo. Con esto, la ira del rey se calmó” (Ester 7:1-10). Sí, la ira del rey fue completamente abatida cuando ese hombre fue colgado en ese madero.
Por supuesto que Jesús no es para nada como el tramposo de Amán. Jesús siendo puro y santo, limpio y sin pecado (Hebreos 7:26). Sin embargo, Jesús se volvió pecado (2 Corintios 5:21) por ti, y cuando Él fue colgado en ese madero (la cruz), Él recibió la ira de Dios por completo. Mientras que Él colgaba allí para que todos lo vieran, “¡la ira del Rey se calmó!”. Si eres un creyente en Jesús, Dios no está furioso contigo por tu pecado. No, Él está furioso con su propio Hijo, ¡quien llevó tu pecado en tu lugar!

Pregunta 4. ¿Qué piensas acerca de la ira de Dios siendo completamente consumada en Jesús, para que de esta manera no quede nada en contra tuya?

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