En la cruz, Jesús te rescató del poder de las tinieblas.
Ya tú sabes el poder que las tinieblas tienen, ¿correcto? Has experimentado una y otra vez cómo te puede arrastrar en impureza sexual, hacerte zancadilla, y dejarte vacío y avergonzado. Y este poder de las tinieblas no puede ser roto con educación, resoluciones, votos, o promesas de mejorar.
Colosenses 1:13-14 (JBS) que nos libró de la potestad de las tinieblas, y nos traspasó en el Reino de Su amado Hijo, (14) en el cual tenemos redención por Su sangre, la remisión de pecados
Cuando Jesús colgaba de la cruz, una inmensa oscuridad vino a toda la tierra, duró desde el mediodía hasta las 3 de la tarde (Lucas 23:44 JBS). ¡Se hizo medianoche al mediodía! “Y palparás al mediodía, como palpa el ciego en la oscuridad” (Deuteronomio 28:29). Jesús había entrado a nuestra condición y asumió nuestro pecado, y por eso fue cubierto con ropas de tinieblas.
Pero, ¿por qué hizo eso? ¡Lo hizo para rescatarte!
Como un bombero que irrumpe en un edificio en llamas para rescatar a alguien atrapado, también Jesús entró en la oscuridad del pecado para rescatarte y sacarte de allí.
Cuando Jesús se levantó de entre los muertos al tercer día, tu rescate fue completo; fuiste traído a la luz, y ahora tienes que vivir como un niño de luz. “Porque en otro tiempo erais tinieblas; mas ahora sois luz en el Señor: andad como hijos de luz, (9) (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, y justicia, y verdad)” (Efesios 5:8-9).
Pregunta 3. Jesucristo entró en la oscuridad y murió en la cruz para rescatarme del poder de las tinieblas. ¡Ahora soy libre!
En la cruz, Jesús te redimió de la maldición de la Ley.
Deuteronomio 28:15-68 identifica todas las maldiciones que vienen con el pecado. Pero si lo lees detenidamente, verás que es una perfecta descripción de Jesús en la cruz. Tómate un momento y léelo con mucho cuidado para que sepas de lo que estoy hablando.
Mira a Jesús en la cruz, ¿qué ves? Ves a Jesús siendo maldecido por Dios en tu lugar. Incluso, Él lleva una corona de espinas, el símbolo de una tierra maldita (Génesis 3:18). Cuando Jesús colgaba de la cruz, Él era maldecido en tu lugar para que pudieras recibir Su bendición. Cuando se levantó de entre los muertos, Jesús te bendijo con Su Espíritu Santo.
Gálatas 3:13-14 (JBS) Cristo nos redimió de la maldición de la Ley, hecho por nosotros maldición; (porque está escrito: Maldito cualquiera que es colgado en un madero), (14) para que la bendición de Abraham en los gentiles fuera en el Cristo Jesús; para que por la fe recibamos la promesa del Espíritu.