Lección 24 - Batallando Contra la Carne – Creyendo la Palabra de Dios

Preguntas 6 y 7

Amigo(a), si tú realmente crees ese mensaje, ¡va a venir a ti con poder! Sabes que Jesús fue traspasado en Sus manos, pies y costado por soldados romanos y por los pecados y transgresiones que tú has cometido. Sabes que Jesús fue castigado para que pudieras estar en paz con Dios. Deja que esta verdad te humille, deja que corte tu corazón para que veas a Jesús aguantando el castigo que tú mereces. Deja que te vuelva una persona agradecida cuando Le veas sufriendo y muriendo en tu lugar, liberándote de las garras del pecado y dándote vida eterna.
Isaías 53:6 (LBLA) Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, nos apartamos cada cual por su camino; pero el Señor hizo que cayera sobre Él la iniquidad de todos nosotros.
Entonces ponlo en oración: “Padre, te di la espalda para gratificar las lujurias de mi carne. Pero, Padre, Tú has puesto todo mi pecado en Tu propio Hijo. Veo a Jesús allí, agotado con mis años de impureza, mi vivir egoísta, todas mis malas acciones; sí, aún la iniquidad del mundo entero fue puesta en el Cordero de Dios sin mancha. Oh, gracias Dios, gracias Jesús por llevar mis pecados y morir en mi lugar. Porque tú los llevaste, yo ya no los llevo. ¡Soy libre! ¡Oh, gracias, gracias! Ayúdame a vivir como la persona libre que has hecho de mí.
Isaías 53:10 (LBLA) Pero quiso el Señor quebrantarle, sometiéndole a padecimiento. Cuando Él se entregue a Sí mismo como ofrenda de expiación, verá a Su descendencia, prolongará Sus días, y la voluntad del Señor en Su mano prosperará.

Pregunta 6. Por favor escribe Isaías 53:10 de la manera en que lo crees.

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Isaías 53:11 (LBLA) Debido a la angustia de Su alma, Él lo verá y quedará satisfecho. Por Su conocimiento, el Justo, mi Siervo, justificará a muchos, y cargará las iniquidades de ellos.
¡Sí! Jesús no solo murió por mis pecados, sino que Él se levantó de entre los muertos. Después que Él entró a las tinieblas para rescatarme, Él vio la luz de vida. Él quedó satisfecho con Su muerte porque Él me justificó de esa manera. Él llevó mis iniquidades a la cruz y a la tumba para luego dejarlas allí; de esa forma me justificó ante Dios. Me hizo justo y sin pecado, libre de condenación, ¡santo ante Dios! ¡Alabanzas para ti, Padre! ¡Gracias Jesús!
Resumen: La forma de Dios de liberar hombres y mujeres de la trampa de la impureza es por medio de la impartición del mensaje del Evangelio. Cuando lo creen, Él revela Su brazo poderoso a ellos y los libera.
Tenemos que suplicarle al Señor por fe para creer el Evangelio como si fuera escrito para nosotros de manera personal. Tenemos que derribar las dudas y los temores, las opiniones de otros, las enseñanzas mundanas, y engancharnos a Jesús y las Buenas Noticias de Su muerte y resurrección.
Porque cuando lo hacemos, el poder de la Mano Derecha de Dios empieza a tumbar al enemigo, volviéndonos agresivos en nuestro plan de guerra para derrotar la carne; y así empezar a ganar batallas. ¡Da la buena pelea de fe, soldado! Porque cuando lo hacemos, ¡peleamos a la sombra de la cruz, descansando en el trabajo consumado de Jesucristo!

Pregunta 7. ¿Qué aprendiste hoy y cómo piensas en aplicarlo?

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