¿Recuerdas lo que leíste anteriormente sobre Jesús? “Todo lo que le pertenece al Padre es mío. Por eso dije: ‘El Espíritu les dará todo lo que reciba de mí’.
¿Puedes ver el paralelo? El siervo de Abraham se encarga aquí de dar a conocer al hijo a Rebeca, el hijo que puede afirmar “Todo lo que le pertenece al Padre es mío”. ¡Mira como el siervo se dirige a Rebeca! Incluso le entrega regalos, como una especie de garantía de las cosas por venir (ver Efesios 1:14 NTV):
Génesis 24:53 (NTV) Después sacó joyas de plata y de oro, y vestidos, y se los dio a Rebeca. También entregó valiosos regalos a su hermano y a su madre.
Mi amigo(a), detengámonos por un momento y observemos lo que significa. El siervo en la historia cumple la labor del Espíritu Santo quien viene a ti y te dice todo a cerca del Hijo, lo que Jesús ha hecho por ti, cómo murió por ti, cómo se levantó de entre los muertos y ahora vive para ti. El Espíritu te corteja, te solicita, te atrae, te llama.
¿Puedes imaginar lo difícil que fue para Rebeca dejar su hogar e ir hacia un hombre que nunca había visto? Me refiero a que su hogar era su sitio seguro, todo lo que conocía, era donde estaba su familia y su vida. Tendría que dejar todo eso, llevada por la fe, caminando con el siervo hacía donde estaba el hijo. Pero este siervo le hablaba de una vida mejor, una vida con un prometido rico que ya la amaba aun desde la distancia.
Siguiendo el paralelo, el Espíritu te está llamando a dejar la pornografía y la impureza sexual, a dar la espalda a tu vieja vida, a despojarte de todas las etiquetas del mundo y emprender un camino de fe donde irás paso a paso con el Espíritu. Él te está llevando a tu verdadero hogar, al lado del Hijo.
¿Lo ves? ¡Deja la impureza atrás! Deja todo el pasado atrás y empieza un verdadero caminar con el Espíritu lejos de las viejos placeres de la carne. Mantente paso a paso con Él ya que te lleva hacia el Hijo quien te amó y se entregó a sí mismo por ti. ¡Esta es la obra del Espíritu! Él hace que nuestros corazones amen a Jesús aunque no lo hayamos visto cara a cara. “Ustedes aman a Jesucristo a pesar de que nunca lo han visto. Aunque ahora no lo ven, confían en él y se gozan con una alegría gloriosa e indescriptible”. 1 Pedro 1:8 NTV.
Ahora te pregunto lo que la familia de Rebeca le preguntó a ella: “¿Estás dispuesta a irte con ese hombre?” (Génesis 24:57) Si eres como yo tu respuesta será “Sí, sí, sí, ¡claro que sí! Correré hacia Jesús y dejaré la pornografía, toda impureza sexual y todo placer de la carne ¡solo para estar con Él!” Él me amó mientras que la impureza solamente me utilizó.
¿Cuánto deseas estar con Jesús ahora? ¿Caminarás en el Espíritu e irás paso a paso con Él hacia el Hijo? ¿Cuál es tu respuesta?
Pregunta 5. Por favor comparte cualquier pensamiento que tengas a cerca de esta lección de hoy.
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