El Antiguo Testamento enseña exactamente lo mismo:
En Éxodo 17:1-6, leemos el pasaje de los israelitas sedientos que necesitaban agua, y en su incomodidad, furiosamente se quejaron contra Moisés. Esto fue pecaminoso porque murmuraron contra Dios y Su líder, Moisés. En respuesta a sus quejas, Dios le dijo a Moisés que golpeara una roca con su vara, y cuando Moisés hizo esto, agua fresca salió para refrescar a la gente. ¿No es esa una solución extraña? ¿Golpear una roca? Es como si la roca fuera castigada por los pecados de la gente, y para completar, brotara milagrosamente agua fresca, agua de vida que calmaba la sed del pueblo.
Pregunta 6. En 1 Corintios 10:3-4, la Biblia nos enseña que esta roca fue Cristo. ¿Cómo puedes ver el Evangelio en Éxodo 17:1-6
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Para que la gente bebiera agua, ¡la roca tenía que ser golpeada! ¡Lacerada! ¡Abofeteada! Ésta es una imagen de la cruz de Jesucristo: “y tomaron la misma bebida espiritual, pues bebían de la roca espiritual que los acompañaba, y la roca era Cristo” (1 Corintios 10:4). ¡Sí, Cristo fue golpeado y lacerado en la cruz, para remover tu pecado y hacer que estés bien con Dios! Y luego el agua del Espíritu Santo brotó (Ver Juan 7:37-39 para más detalles).
Dios estaba enseñando esta lección: Jesucristo tuvo que ser golpeado y morir en la cruz por tus pecados. Él fue castigado en tu lugar para darte paz con Dios y el poder del Espíritu Santo.
Y mientras oímos y creemos este mensaje, nosotros que estamos sedientos, o más bien, nosotros los que hemos estado tratando de beber de las emociones de la vida mundana, recibimos el Río de Agua Viva del Espíritu Santo.
Amigo(a), entienda esto: el Espíritu Santo reside en la cruz, Él fluye de la muerte de Jesús. Si queremos Su poder transformador, ¡tenemos que ir a donde Él está brotando y tenemos que beber! Esto es, tenemos que venir a menudo a la cruz y creer el mensaje.
Hagamos un resumen de la lección de hoy: hemos vivido por mucho tiempo gratificando la lujuria de nuestra carne y, probablemente, hemos tratado muchas y diferentes formas para ser libres de ella. Pero ahora tenemos que aprender cómo “andar en el Espíritu”, porque cuando lo hacemos, no gratificamos las lujurias de nuestra carne. ¿No es eso tremendamente emocionante? ¡Significa libertad!
Pero esto también significa que tenemos que, conscientemente oír el mensaje del Evangelio y creerlo, ¡diariamente! Cuando recibimos de nuevo el mensaje de la cruz, encontramos la presencia milagrosa del Espíritu Santo trabajando en y a través de nosotros, fluyendodo a través de nosotros hacia otras personas.
Entonces el Espíritu Santo nos llena de poder para negarnos a nuestra carne, para cargar nuestra cruz y para seguir a Jesús. Aprendemos a andar, a avanzar, por el Espíritu Santo quien nos rescata de una vida de gratificación de nuestra carne.
Amigo(a), hay una manera de ser libre de la vida carnal que tú y yo hemos estado llevando. Esa manera es estar continuamente Lavándonos en la Cruz para así poder Andar en el Espíritu y no conforme a nuestra carne.
En la próxima lección, vamos a ver cómo batallar contra la carne, y ¡cómo obtener la victoria en la batalla!