Tú, como creyente, estás bajo la gracia y no bajo la ley. ¿Cómo es esto? Porque cuando Jesús murió, tu “viejo hombre” (tu yo natural) murió con Él (Romanos 6:6), y la Ley solamente aplica para la gente que está viva (Romanos 7:1-2). Entonces, tú no estás bajo la condenación de la Ley y tampoco bajo su supervisión. Tú estás bajo la gracia (Romanos 6:14). Dios ha determinado el interactuar contigo sólo en base a la gracia, no la Ley, ¡por el resto de tu vida! ¡Qué hermoso regalo!
Para terminar la lección de hoy, por favor fíjate en el contraste entre una vida con ataduras a la carne y una vida vivida por el poder del Espíritu Santo:
Gálatas 5:19-26 (NVI) Las obras de la naturaleza pecaminosa se conocen bien: inmoralidad sexual, impureza y libertinaje; (20) idolatría y brujería; odio, discordia, celos, arrebatos de ira, rivalidades, disensiones, sectarismos (21) y envidia; borracheras, orgías y otras cosas parecidas. Les advierto ahora, como antes lo hice, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. (22) En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, (23) humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas. (24) Los que son de Cristo Jesús han crucificado la naturaleza pecaminosa, con sus pasiones y deseos. (25) Si el Espíritu nos da vida, andemos guiados por el Espíritu. (26) No dejemos que la vanidad nos lleve a irritarnos y a envidiarnos unos a otros.
Pregunta 7. De acuerdo a todo lo que has aprendido hasta ahora, ¿qué es lo que hace la diferencia entre vivir como Gálatas 5:19-21 y vivir como Gálatas 5:22-26?
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En los versos 19-21, vemos que nuestra egocéntrica carne vive en lo peor. En versos 22-26, vemos que nuestro yo crucificado experimenta el poder del Espíritu.
¿Y qué es lo que hace la diferencia entre las dos? Estamos aprendiendo a andar en el Espíritu. El Espíritu, quien ha estado esperando por nosotros en la cruz, nos ha sacado del pecado y nos guía en nuestro caminar diario con el Señor. Estamos aprendiendo a ir paso a paso con Él (Gálatas 5:25), como un niño que corre para ir a l par con sus padres mientras ellos cruzan una intersección congestionada y peligrosa.
Amigo(a), nosotros somos personas carnales por naturaleza. Hemos nacido gratificando nuestra carne y esclavizados en la oscuridad. Pero de manera sobrenatural, somos nacidos de nuevo como personas espirituales quienes estamos aprendiendo a andar por el poder del Espíritu.
Esto significa que estamos aprendiendo a venir a la cruz para lavarnos, que estamos aprendiendo a escuchar las buenas nuevas y creyéndolas constantemente. Cuando lo hacemos, el Espíritu de Dios trabaja en nuestros corazones para liberarnos de la oscuridad y romper las cadenas del pecado, y alejarnos de la autogratificación.
Pregunta 8. ¿Qué aprendiste en esta lección de hoy y cómo piensas implementarla en tu vida? Por favor comparte.
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En la próxima lección aprenderemos formas prácticas de batallar contra la carne.