Lección 19 - Con los Ojos Fijos en Jesús
Testimonio
Blane escribe, "El curso del Campo de Entrenamiento en Pureza me ha mostrado cuán crucial es el sacrificio de Cristo no sólo en librarme de la penalidad del pecado sino también en limpiarme por el Espíritu Santo. Me ha guiado a enamorarme más de Cristo por volver a la cruz y aprender a vivir en la obra completa de Cristo y el poder de Su Espíritu.
He visto cuán crucial es la cruz en mi camino diario con Dios. No fue sólo el inicio a la vida con Dios; continúa a ser la resolución aún después de aceptar la cruz. La sangre que Cristo derramó en la cruz para mí me muestra que así limpia Cristo a Sus discípulos de toda injusticia. Tengo que mirar continuamente a la cruz para limpiarme de mi pecado. También tengo que seguir el ejemplo de Cristo en perseverar en la voluntad de Dios a pesar del dolor, del sufrimiento, o de la inconveniencia. La cruz no es cosa de una sola vez; necesitas usarla cada día. ¿Y por qué no? Es la solución de Dios de todo pecado y quebrantamiento en el mundo.
También, Dios es fiel en proveer un plan de batalla. Cuando le pides un plan de batalla específico para asegurar la victoria sobre sus luchas y la voluntad de cumplirlo, Dios logra la victoria en tu vida. De nuevo, mira la cruz y ríndete a los planes de batalla; Cristo se rindió al plan de batalla de su Padre para al fin derrotar los poderes del pecado y de las tinieblas. Te hará humilde ver que todavía, aunque seas creyente, necesitas a Cristo. No intentes graduarte más allá de Él; inscríbete en los estudios posgraduados con tu Maestro el Espíritu Santo para aprender a enamorarte más de Cristo y volver a la cruz. La cruz no sólo mata el pecado sino que mata la raíz del pecado. Por este curso, he sido guiado por el Espíritu Santo para adorar a Cristo y Sus acciones en la cruz. Veo a Él y la cruz en todas partes de la Biblia ahora. Todo se dirige hacia Él, al Hijo Amado mismo, dándonos vida.
Nuestra identidad no está en el pecado. No más puedes decir que "pecas"; hay pecado que vive contigo, pero tú no eres pecado. El creyente es una nueva creación en Cristo, sin que lata más el corazón del pecador. Sin embargo, el creyente todavía tiene que batallar con el cáncer del pecado en su carne. Otra vez, requiere el volver a la cruz para rendirnos y derrotar el pecado.
Si quieres libertad, tienes que luchar con Dios en oración. Desde que la libertad del pecado es algo que desea Dios por nosotros, demostramos nuestra resolución por el cambio al orar las promesas de las Escrituras que nos dio hasta que sean cumplidas.
Este curso cambiará tu perspectiva sobre la cruz y la vida. Verás cuán inescapable es la cruz a un creyente en su caminar diario."