Lección 13 - Lavarse en la Cruz Libera los Cautivos
Preguntas 4, 5 y 6
La sangre de toros y machos cabríos era para limpiar y santificar; esto es, lavarlos exteriormente y apartarlos de la impureza corporal, pero todos los sacrificios del Antiguo Testamento tenían efectos meramente externos. Los sacrificios del Antiguo Testamento no podían cambiar el corazón o limpiar la conciencia. Estos rituales únicamente proyectaban el trabajo que Jesús vendría a realizar. Entonces, la sangre de los animales solamente podía limpiar a las personas de una manera ceremonial.
Pregunta 4. De acuerdo con Hebreos 9:11-14, ¿a qué apuntaban la sangre de toros y machos cabríos?
El maligno me recuerda el pecado que cometí, vengo a la cruz en mi tristeza y veo la sangre de Jesús derramándose sobre mi pecado y cubriéndolo. Cuando mi conciencia me recuerda mis transgresiones, inmediatamente voy a la fuente de la cruz, y veo mi transgresión ya paga, y la sangre de Jesús dejándome limpio. Así es como se aplica el Lavarse en la Cruz, es darle siempre la última palabra a la sangre de Jesús. Así es que siempre tenemos que “terminar nuestra frase”. Mira:
Frase número 1: “Soy un horrible pecador, me he contaminado con pornografía. He arruinado mi vida”.
Debemos terminar la frase: “Sí, pero Jesús derramó Su sangre para cubrir esos años de contaminación y para limpiarme de ellos. Jesús me ha levantado a nueva vida en Él”.
Frase número 2: “He herido y contaminado a la gente a mi alrededor, no puedo creer cómo la impureza ha estado destruyendo mis relaciones”.
Debemos terminar la frase: “Sí, pero Jesús murió para limpiarme, y mi conciencia está ahora atada a Su sangre y no a mi pecado. Mientras ande en el Espíritu, seré capaz de derramar el amor de Jesús y bendecir a otras personas”.
Pregunta 6. Ahora es tu turno. Por favor tómate un momento y escribe los pensamientos de acusación que has tenido y luego termina tu frase con la verdad del Evangelio.
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