Lección 6 - Esto es Guerra Soldado, ¡Tiempo de Pelear!
Testimonio
Shawn escribe, "En el curso Campo de Entrenamiento en Pureza, aprendí principios bíblicos para la libertad de la impureza. Lavarme en la cruz es cuando vengo a Cristo abiertamente con el arrepentimiento verdadero y puro para recibir perdón. Caminar en el Espíritu me permite continuar en libertad porque Cristo está luchando en mis batallas y tentaciones.
Desde que completé el curso, mis deseos ahora son centrados en Cristo. Tengo una relación más estrecha e íntima con Cristo y mi esposa. Las tentaciones a la lascivia todavía existen, pero no soy esclavo a ellas. Cristo lucha por mí para que pueda continuar a caminar en la verdad y la pureza. Ahora mis deseos son dirigidos a Cristo y a mi esposa. He llegado a ser un mejor líder espiritual de mi familia. Recomiendo este curso; me abrió los ojos; es transformador."
Maria escribe, "Hace 12 años recibí a Jesús en mi corazón y una de las primeras preguntas que le hice fue: que significado tiene la cruz? Como puedo amarte más? En ese momento el Señor me contestó que no lo iba a comprender aún así que me dispuse a esperar. Hoy, luego de culminar este entrenamiento, Dios me ha respondido a través de mi experiencia personal el poder de la cruz, el amor hacia mi y el amor que yo le tengo a el.
Luego de estar durante un año atrapada en el pecado sexual cometiendo adulterio, no pensé que podía ser perdonada, y si recibía el perdón que iba a ser tratada igual.
A través de este entrenamiento, comprendi que en primer lugar mis pecados ya fueron perdonados incluso antes de haberlos cometidos (esto fue un relevacion increíble y sorprendente para mi) y tampoco tenía que hacer algo para merecerlo! Simplemente creer que la obra de Jesús en la cruz permitió que yo sea aceptable delante de Dios y que su ira caiga sobre la vida de su propio hijo para que yo sea justificada, perdonada y libre. Este perdón fue tan sorprendente para mi, recibirlo por gracia, porque en mi mente ni si quiera podía perdonarme a mi misma. En segundo lugar, aprendí que a través del Espíritu Santo tengo poder para hacer frente a mi carne, solía luchar con mis propias fuerzas o mi entendimiento, pero aprendí a preguntarle al Espíritu Santo absolutamente todo y confiar en su plan de batalla para mi vida. En tercer lugar, no asumía que en carne existía la tendencia a pecar sino que le echaba la culpa de todo a Satanás o al mundo. Poder identificar esta verdad me ayudo a luchar específicamente y establecer límites sanos en mi vida.
Actualmente me encuentro en un proceso de restauración de mi matrimonio y creo firmemente que la obra que el Señor empezó en mi vida la seguirá haciendo hasta cumplir su propósito."