Lección 20 - Batallando Contra Nuestra Carne - ¡Ora!
Preguntas 3 y 4
Tal vez te estés preguntando qué quiero decir con oración sincera. Hay una forma de orar por libertad, con tanta sinceridad e intensidad, que nos podríamos sentir como Jesús en el Huerto de Getsemaní; donde Él oró tan fervientemente que Su sudor eran como gotas de sangre. Necesitamos esta clase de fervor espiritual, esta pasión al rojo vivo cuando oramos.
Jacobo peleó toda la noche con Dios diciendo: “¡No te dejaré ir hasta que me bendigas!” (Génesis 32:26). Jacobo prevaleció y fue bendecido con un nuevo nombre. Esa noche, Jacobo, el suplantador, ¡se volvió Israel, el vencedor! En el caso de Jacobo hubo una batalla física que tuvo que resistir, pero para nosotros, es espiritual. Pablo escribió: “más sigo para asirme de aquello como también soy asido del Cristo Jesús” (Filipenses 3:12 JBS). Así es como tú también tendrás la victoria mi amigo(a), al “pelear” con Dios en oración.
Pregunta 3. ¿Qué podemos aprender acerca de la oración cuando leemos acerca de Jacobo peleando toda la noche con Dios?
Si no has encontrado liberación de la impureza, ¡entonces aprende a luchar! ¡Pégate de Dios en oración! ¡Agárralo! ¡Dile que te le vas a pegar y no lo dejarás ir hasta que Él te bendiga con un plan efectivo de libertad, y el poder espiritual para implementarlo!
En Lucas 11:5-7, Jesús contó la parábola de un hombre que fue a donde su amigo a medianoche para que le diera algo de pan, pero este amigo no quería levantarse de su cama para entregarle el pan. Pero fíjate en el punto principal de la parábola de Jesús en Lucas 11:8 (JBS): “Os digo, que aunque no se levante a darle por ser su amigo, sin embargo, por su importunidad, se levantará, y le dará todo lo que necesite”.